viernes, 13 de septiembre de 2019

BESAPIÉ AL CRISTO DEL ROSARIO, VALVERDE DE LLERENA

Venimos, Señor, como los pastores primeros, 
a descubrirte y a adorarte. 
Ellos corrieron en la noche, 
iluminada por los ángeles; 
nosotros, venimos en la oscuridad de nuestras vidas, 
con nuestras preguntas y nuestras necesidades.
Ellos besaron tus pies,
como nosotros. 
Venimos, Señor, ante ti, 
como el padre angustiado, 
cuyo hijo vivía prisionero en su alma, 
con cadenas y gritos, 
con la amargura de no ser y no saberse. 
Y el padre, 
abrazado a tus pies, 
pedía tu ayuda, 
tu palabra que sana, 
tu gesto que libera. 
Y así fue. 
Y fue primavera esa mañana. 
Venimos a ti, Señor, 
con nuestra carga terrible de pecado, 
como la mujer aquella, 
ante tus pies, 
reconociendo su vida equivocada, 
regando con su llanto la semilla de su nueva alma. 
Como ella, 
venimos desolados y vacíos, 
solo con el deseo de amarte, 
de servirte, de nacer de nuevo y crear un mundo nuevo, 
más humano y más lleno de tu Luz. 
Venimos a tus pies, Señor, 
como María en la mañana aquella 
en que te vio vivo, 
vivo para siempre, 
resucitado, vencedor de la muerte, triunfal. 
A tus pies nos ponemos 
para proclamarte Rey vencedor, 
Esperanza nuestra, Vida para siempre. 
Estuviste muerto, 
pero has resucitado y vives con el Padre para nosotros. 
Te besamos tus pies crucificados 
y adoramos tus pies resucitados. 
A tus pies queremos aprender a ser misioneros 
y constructores del Evangelio 
en el mundo que Tú llenaste de vida.


Eugenio Campanario Larguero.